Tessa C. Martín quería plasmar en Y sí, te quiero una protagonista imperfecta
Sara Carlos/Alzira 21.04.2020 | 11:23
Tessa C. Martín nació en Alzira en 1978. Escribió su primera novela romántica a los once años, la cual se titulaba Lazos Rosa y participó con diversos relatos y poemas en la revista de su instituto, pero dejó su faceta de escritora durante unos años para dedicarse a su carrera musical. Tras el nacimiento de su segundo hijo volvió a escribir y en marzo de 2014 publicó por primera vez. Desde entonces Martín no ha dejado de crear nuevas historias que encandilan a cada uno de sus lectores.
¿De dónde surgió su afición por la escritura?
De la lectura, porque leía mucho y escribía algunos cuentos para la revista del colegio. Sin embargo, mi afición es otra, porque soy profesora de Música y me dediqué a estudiar mi profesión hasta que más tarde, a base de leer y de una serie de circunstancias por las que tuve que dejar mi trabajo en el conservatorio, decidí retomar mi afición por la escritura y empecé a escribir una novela romántica.
¿Qué retos le supuso volver a escribir?
Sobre todo levantarme, porque lo retomé después de que naciera mi hijo pequeño. Hubo complicaciones en el parto y no sabíamos si el niño estaría bien o no, por lo que estuvimos un año yendo al médico y haciéndole pruebas neurológicas. Fue una manera de evadirme. Escribí Lo que sea, pero contigo para que mi mente dejara de pensar en la salud de mi hijo y poder relajarme. Además, lo hice sin ninguna intención de publicarla, simplemente por desahogarme. Sin embargo, la leyeron varias amigas y compañeras del colegio, que me dijeron que era muy interesante y me animaron a publicarla.
«Me pareció un reto plasmar en mi último libro una persona como en la primera que escribí, es decir, que no fuese perfecta»
En 2016 publicó, junto con tres autoras más, Calendar. Cuatro estaciones para el amor, que constituyó sus primeros pasos en la novela histórica y la autopublicación, ¿cómo fue esta experiencia?
Fue un poco complicada. Yo venía de publicar con editoriales y en ellas tienes información sobre las ventas o ingresos que pueda generar esa novela cada cuatro meses o anualmente. Sin embargo, al publicarlo con tres compañeras más, tampoco tuve control sobre ella, porque solo una tiene acceso a la cuenta de Amazon para ver las ventas y las regalías. Fue una experiencia diferente, pero no hizo que me decantara por la autopublicación. El motivo por el que decidí probar esta vía fue porque me había desencantado un poco con las editoriales con las que estaba trabajando.
En su última novela, Y sí, te quiero, la protagonista padece un trastorno de ansiedad generalizada, ¿qué le ha aportado escribir sobre este personaje?
Leo mucho y, sobre todo en las novelas románticas, parece que las protagonistas sean todas perfectas y no tengan ningún problema. Me pareció un reto plasmar en mi último libro una persona como en la primera que escribí, es decir, que no fuese perfecta. Además, la ansiedad es algo que padece mucha gente, como yo misma, por lo que creí que era interesante tratarlo desde ese punto de vista y que podría llegar a muchos lectores, incluso consiguiendo que algunos de ellos se sintieran identificados, que es lo que siempre intento en mis novelas.
En su último libro se aleja de los tópicos, ¿qué le ha llevado a tomar esta decisión?
Creo que siempre buscamos innovar, pero que sea diferente a todo lo que está escrito es muy difícil. Quería plantear todo del revés de lo que hasta ahora se estaba escribiendo, es decir, presentar una idea de modo diferente, como, por ejemplo, que fuera él el enamorado desde el principio en lugar de ella.
Está en la lista top 100 del género Romántico de Amazon con Y sí, te quiero, ¿esperaba esta repercusión?
Nunca te lo esperas. Cuando publicas una novela no sabes si lo haces en el momento adecuado o si a gente va a leerla. De modo que cuando te colocas en el top 100 es una alegría muy grande. Todas las que he publicado han estado en la lista. En Y sí, te quiero ha alcanzado el segundo puesto, pero Te regalaré pensamientos y Palabra de McKenzie, con la que gané el Premio a Mejor Romance Histórico Nacional en 2017, estuve en el número uno.
Tessa C. Martín ganó el Premio a Mejor Romance Histórico Nacional de los Premios Rincón Romántico en 2017 con Palabra de Mckenzie
Sus obras están ambientadas en diferentes espacios, ¿los ha visitado todos?
Londres no, pero para Palabra de McKenzie viajé a Escocia y estuve en el castillo de los protagonistas, donde contrasté algunos datos que ya tenía. En la última novela no se dice dónde es, pero fui a Alarcón (Castilla-La Mancha) y me basé mucho en él para describir el pueblo que aparece en la historia. No digo dónde es porque me gustaba la idea de que la gente que lo lea sienta que puede encontrarse un lugar muy parecido cerca de ellos.
Cuando se dispone a escribir, ¿lo hace directamente o se prepara algún esquema previo?
Las dos cosas, porque sé de dónde salgo, por dónde tengo que pasar y a dónde tengo que llegar. Sin embargo, a veces, las circunstancias o los personajes mismos te llevan por sitios diferentes que no tenías planeado ir. Si durante el trayecto surge algún elemento que me hace pensar que es mejor ir por ese camino que por el otro, decido tomarlo.
Termina sus obras invitando al lector con una pregunta retórica a «seguir soñando» con sus historias, ¿cómo surgió este lema?
Para mí escribir es tener un sueño bonito que cuando acaba te deja una sonrisa en los labios. En una novela romántica sucede exactamente lo mismo, porque lo importante es que cuando la termines tengas una sensación satisfactoria, que sonrías y que durante el tiempo que has estado leyéndola seas consciente de que has tenido momentos bonitos.
¿Tiene alguna historia que siempre haya querido escribir y aún no lo haya hecho?
De momento no. Tengo una historia que la empecé hace unos tres o cuatro años, pero que todavía no creo que sea el momento de publicarla, porque pienso que hay algo en ella que todavía no acaba de gustarme y no he descubierto aún qué es. Siempre me sucede que la empiezo a escribir, la reviso y reescribo escenas, pero sigue habiendo algo que me falta. Mientras, me vienen otras historias a la mente, que fue lo que pasó con Y sí, te quiero. De modo que, cuando tengo un proyecto entre manos, pero me surge otra novela y veo que tiene potencial, dejo el que estaba haciendo y escribo la nueva, porque pienso que puedo escribirla del tirón y que es su momento.