Librerías de segunda mano, otra vida para los libros y una nueva para los lectores

La librera Carine Deboaisne apunta que sus clientes se decantan por los clásicos
Miranfú III
Las tres librerías reabrirán el próximo lunes 11 de mayo. Marcos Ferrús

Los ciudadanos acumulan muchos libros en sus estanterías y a veces tienen que deshacerse de ellos, pero en lugar de incurrir en el pensamiento de tirarlos, pueden pasar el relevo a otros lectores para que disfruten con esas obras igual que ellos lo hicieron cuando las compraron, y esto se convierte en uno de los motivos de ser de las librerías de segunda mano de la Comunitat Valenciana.

¡Miranfú! ¡Miranfú!, «Decirla en alto suena como hurra», explica Marcos Ferrús sobre el término que da nombre a su tienda, el cual está extraído del libro de Carmen Martín Gaite, Caperucita en Manhattan. Este concepto, que es la palabra inventada preferida de la protagonista de la historia, significa «va a pasar algo diferente» o «me voy a llevar una sorpresa».

Miranfú es una librería de segunda mano ubicada en la zona de Russafa de València que empezó su andadura en 2015, después de que Marcos Ferrús, su propietario, pasara el año anterior comprando libros y preparándose para su nuevo proyecto.

«En los libros low-cost te puedes encontrar desde un libro encontrable hasta uno que tenga meses, eso depende siempre de lo que nos traigan los clientes», afirma Ferrús, y añade que a veces le llevan ejemplares que cree que no va a vender, pero que igual hay público al que le interesa y los mantiene.

Miranfú I
La librería de Marcos Ferrús ubicada en València muestra unos divertidos carteles en su puerta. Marcos Ferrús

El sistema de venta que sigue Miranfú se basa en cantidades, es decir, si el cliente adquiere un libro, su precio será de tres euros, si se lleva dos, cinco, por lo que el precio de la obra se abarata a medida que compra más, hasta llegar a los seis libros, cuyo precio por ejemplar se estabiliza en dos euros.

Librería Terraferma se asentó en Alacant cuando «no se estilaban tanto» este tipo de comercios, manifiesta su fundador Carlos Alberto Quiles, que se muestra contento tras cinco años de constante trabajo y espera «que esto siga adelante».

Terraferma
La librería Terraferma cuenta con un sistema de intercambio. Carlos Alberto Quiles

En su catálogo se localizan volúmenes desde el siglo pasado hasta de hace diez años, asegura Quiles, algunos de ellos descatalogados y que solo pueden encontrarse en librerías de segunda mano.

El comercio cuenta con un sistema de intercambio, además del tradicional, sobre el que Quiles explica: «Hay gente que tiene libros en su casa de los que se quiere deshacer, entonces me los traen, yo les hago una valoración económica y les digo por ejemplo 10 euros, por lo que se pueden llevar lo que quieran de la librería por esa cantidad y si se pasan me pagan la diferencia».

Carine Deboaisne decidió reinventarse y entrar a formar parte de la franquicia Re-Read. «Voy a cumplir cinco años este 12 de mayo», indica sobre el tiempo que esta librería de Castelló abrió sus puertas por primera vez y que ahora, tras este período de confinamiento, volverá por su aniversario.

El sistema que sigue para adquirir los ejemplares es de precio fijo, por lo que por cada libro paga 20 céntimos. «Esto nos permite después asegurarnos unos precios súper económicos a la venta y fijos, porque el precio varía en función de la cantidad de libros que se lleve la gente», informa Deboaisne, cuyo sistema de venta sigue la vía de la librería Miranfú.

El flujo de compra que tiene Re-Read Castellón es elevado, ya que algunos días puede llegar a obtener doscientos libros, asegura su propietaria.

«Los clásicos tienen mucho éxito», señala Deboaisne, que tiene su librería organizada por secciones según los géneros literarios de las obras, y que indica que Dickens y Dumas son unos de los más leídos por los clientes.

¿Leer es caro?

«Sí y no», constesta Carine Deboaisne, «puede ser caro si quieres comprar siempre libros nuevos». Ella apuesta por otras vías, como comprar obras de segunda mano o acudir a la biblioteca, aunque adquiere obras nuevas porque «también es un circuito para leer» y permite seguir trabajando a todas aquellas personas que forman parte del sector del libro, explica.

«Depende de las expectativas que tengamos», responde Carlos Alberto Quiles, que indica que comprar un libro nuevo que ronde los veinticinco euros cada dos meses al cabo del año resulta caro, pero «si no te importa leer un libro de segunda mano» es más asequible.

 «Los libros nuevos no son caros en tanto en cuanto editarlos y ponerlos lo más baratos posibles ya te sale el precio que tienen», asegura Marcos Ferrús.

El librero observa: «Es comprensible también que la gente perciba que los libros están caros porque el poder adquisitivo de la gente no es el más alto» e indica que según las prioridades de las personas puede o no parecer que leer es caro, porque a veces la gente «no tiene ningún problema en gastarse 50 euros en un producto que no tenga ningún valor a largo plazo, pero luego tengan muchos problemas en gastarse 15 euros en un libro que les va a durar toda la vida».

Un libro contiene una historia con la que el lector ha soñado, reído, llorado y experimentado mil emociones más y estos sentimientos, impregnados en cierta manera en sus páginas, perduran en las librerías de segunda mano, donde los libros esperan a sus nuevos dueños.


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