Novela Inmersiva, un nuevo concepto de literatura

Esta iniciativa incluye al lector en la creación de la trama otorgándole poder de decisión sobre las acciones del protagonista durante el desarrollo de la historia
Mano escribiendo en un teclado de ordenador.
Una mano escribiendo en un teclado de ordenador. Sara Carlos

Cuando el lector lee una novela tiene que aceptar las decisiones que toman los personajes. A veces, puede disgustarle que el protagonista entre por una puerta, porque intuye que al otro lado va a encontrarse con una situación que le perjudicará, o, por el contrario, quiere que acceda y este no lo hace.

Por ello, la editorial valenciana Edicions Mosseguello, afincada en Vila-Real, ha decidido hacer partícipe al público en el desarrollo de la trama de la historia, bajo el lema «Participa en la trama, el final no está escrito».

«Cada vez se leen menos libros y el mayor tiempo de lectura se pasa frente al móvil, especialmente trabajando con el WhatsApp», explica el editor, Lluïs Gómez. Esta premisa, que surgió tras un análisis de la situación lectora actual, fue la que hizo germinar Novela Inmersiva, que empezó su actividad a principios de este año.

Gómez decidió combinar la literatura con la mensajería instantánea de manera que el usuario recibiera una historia en la que, además de hacerle «partícipe de ella y poder tener decisión sobre lo que va pasando», tiene la posibilidad de hablar «directamente con el protagonista» y cambiar el rumbo de la trama.

Teléfono móvil que muestra un teclado y el Whatsapp
Usuario de WhatsApp recibiendo mensajes, aplicación por la que los lectores se sumergen en Novela Inmersiva. Sara Carlos

Con esta consigna, el escritor de la novela La Urna, Carlos Moregó, encaró por primera vez a esta nueva experiencia, que consistía en 8 entregas, dos por semana, a lo largo de un mes.

«Es un reto, porque te enfrentas a una historia que tú imaginas y que tienes en tu cabeza en un esquema mental de por dónde la quieres llevar, pero en función de lo que te contesten los lectores la tienes que ir adaptando y dándole forma», confiesa el autor.

Moregó indica que la clave para llevar a cabo este proyecto es «organización y tiempo». El escritor, que trabajaba casi con un centenar de historias a la vez, recibía las respuestas de los lectores y, tras leerlas, intentaba elaborar un desarrollo común a todas las opciones que le habían llegado para adaptar el principio a cada una de ellas.

Carlos Moregó asegura que la organización y el tiempo son la clave para escribir con éxito una novela inmersiva

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Moregó aclara: «No puedes hacer un final para cada lector, ni una variación o ramificación de la historia principal durante las entregas semanales porque es un trabajo titánico».

De hecho, el protagonista de la historia debía declinar o adaptar las peticiones de algunos lectores, puesto que eran inviables para la evolución de la historia.

«No te indicamos en qué día exacto vas a recibir cada entrega, ya que va en función también de lo que esté sucediendo en la trama», explica Lluïs Gómez, que cuenta que los wasaps, que son entre cincuenta y sesenta por remesa, pueden llegarle al lector en cualquier momento: cuando está cenando, trabajando o, incluso, durmiendo.

El desenlace de la historia

Acabar una novela es una tarea ardua, ya que el autor tiene que intentar atar todos los cabos para que el lector se sienta satisfecho al finalizarla.

Moregó tuvo que escribir siete finales distintos para su obra y afirma que algunos le gustaron más que otros, al tiempo que puntualiza: «Lo cierto es que fueron radicalmente diferentes de cómo pensaba yo que iba a acabar la historia».

Y es que «el autor tiene un pequeño esquema» por donde espera que se desarrolle la novela, explica el editor Lluïs Gómez, pero tiene que adaptarse continuamente a lo que sus lectores le sugieren.

El público

Las personas que han tomado las riendas de las acciones del protagonista en esta primera experiencia tienen edades muy diferentes, ya que la horquilla se sitúa entre los veinte y los sesenta años, según una encuesta que la editorial ha llevado a cabo para valorar los resultados de La Urna.

Lluïs Gómez se muestra gratamente sorprendido ante este hecho, ya que en un principio había creído que su público iba a ser joven, porque es el «más habituado a las nuevas tecnologías y al uso del móvil».

Asimismo, el editor explica que las personas que más impactadas se han mostrado con Novela Inmersiva han sido las que se encuentran entre los cuarenta y cincuenta años de edad. «Han alucinado con el nuevo formato de novela, incluso llegando hasta el punto de vivirla muy intensamente y participar muy activamente a partir de los wasaps».

Tras esta primera experiencia, Edicions Mosseguello ha continuado con este nuevo concepto de literatura, que se ha adaptado al mundo de las nuevas tecnologías y, que ya está preparando su tercera novela para la que va a contar con Carlos Moregó con Mes de prueba.


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